viernes, 3 de enero de 2014

ETAPAS DEL DESARROLLO PSICOSEXUAL SEGÚN FREUD


 Etapa oral: Se establece desde el nacimiento hasta alrededor de los 18 meses, los bebés obtienen el placer por la boca, comiendo succionando mordiendo etc. Según Freud, la etapa oral es el primer momento en la evolución de la personalidad del individuo. Corresponde al primer y segundo año de vida y se caracteriza por dirigir la libido hacia la boca y buscar la satisfacción gracias a la actividad de succión.
Principal conflicto: el destete. Cuanto más difícil le sea al niño abandonar el pecho/biberón más cantidad de libido se fijará. Si es grande, al ser adultos, manifestarán tendencia a características orales como comer, mascar chicle, fumar, o hablar demasiado.
Etapa anal: segundo año de vida, Freud sitúa esta segunda etapa del desarrollo de la personalidad entre los dos y tres años del niño; la libido se dirige hacia el ano y la satisfacción sobreviene por la expulsión o retención de las heces. El placer se obtiene principalmente de la región anal, mediante la disminución de la tensión a causa de la expulsión de heces, o la retención voluntaria de las mismas ya que este proceso presiona las paredes intestinales y por lo tanto podría ser considerado como cierto tipo de placer.
Principal conflicto: entrenamiento para el control de los esfínteres. Si en esta etapa se acumula gran cantidad de libido, al ser adultos y para resolver sus frustraciones generales se valdrán del desaliño, ataques hostiles o acaparamiento, terquedad, tacañería y desafío.
Etapa fálica: entre el tercer y el quinto año de vida, en esta etapa los niños descubren que los genitales producen placer, lo que hace que la mayoría de ellos se masturbe.  Para Freud la etapa fálica es fundamental para el desarrollo del psiquismo, porque en ella se produce el Complejo de Edipo y el Complejo de Electra. Entre los cuatro y los seis años el niño dirige el impulso erótico hacia sus genitales y consigue la satisfacción el varón mediante el juego con su pene y la niña con su clítoris, o mediante la masturbación.
El niño ama excesivamente al progenitor del sexo opuesto y siente rivalidad hacia el progenitor del mismo sexo. A este conflicto se le llama “Complejo de Edipo” en el caso de los niños, y “Complejo de Electra” en el caso de las niñas.
Complejo de Edipo: El hijo ama a la madre porque satisface sus necesidad, por ello al iniciarse su conciencia sexual, dirige hacia ella sus fantasías eróticas. Desea a la madre para sí mismo y percibe al padre como un rival llegando incluso a desear su muerte y fomentando fantasías de asesinarlo.

Pero sin embargo, el niño tiene miedo de que el padre se entere y contraataque. Temiendo especialmente la posibilidad de ser castrado. Como solución, el niño lo que hace es identificarse con el padre, así el niño compare en su imaginación los privilegios sexuales de su padre.
Complejo de Electra: La hija ama a la madre porque satisface sus necesidades. Pero durante esta etapa descubre que tiene una cavidad en lugar de pene, y da por supuesto que en otro tiempo lo poseyó, pero que lo perdió al ser castrada. Culpa a la madre de esta desgracia, y disminuye su amor por ella. Para alcanzar control sobre este órgano, transfiere temporalmente el amor a su padre.
Sin embargo, Freud no supo explicar el resto de cuestiones como por qué la hija debía reprimir el amor por el padre, ni por qué la niña se identifica con la madre etc. Llego a la conclusión de que, con el tiempo, la rivalidad hacia la madre y el amor por el padre simplemente desaparecían. También pensaba que la ausencia de pene provocaba en las mujeres ciertas características de personalidad, como envidia e inferioridad.
Al final de esta etapa, la personalidad está formada ya a grandes rasgos.
Principal conflicto: permite al niño adoptar características masculinas de personalidad y superego del padre.
Etapa de latencia: Del quinto al séptimo año de vida, Las necesidades sexuales se adormecen,  para el psicoanálisis, etapa del desarrollo psicosexual situada entre los cinco o seis años y la pubertad. En esta fase y como consecuencia de la aparición del superyó el niño reprime sus sentimientos edípicos e inhibe sus apetitos erótico-sexuales.
Etapa genital: incluye Adolescencia, Edad Adulta y Principios de la Vejez. Las personas se ven impulsadas a establecer relaciones sexuales que los satisfagan. Para Freud, el vínculo heterosexual maduro era la señal por excelencia de la madurez.  Según Freud, a partir de la pubertad se produce la etapa genital o segunda etapa de interés genital. En esta etapa, el niño, tras la superación del complejo de Edipo, orienta su deseo sexual fuera de la familia, hacia personas del sexo opuesto y convierte la relación genital reproductora en el objetivo del instinto sexual. 



jueves, 2 de enero de 2014

La importancia del juego para los niños

 El Juego

1.1 Definiciones.

            El juego  es el primer acto creativo del ser humano. Comienza cuando el niño es bebé, a través del vínculo que se establece con la realidad exterior y las fantasías, necesidades y deseos que va adquiriendo. Cuando un niño toma un objeto cualquiera y lo hace volar, está creando un momento único e irrepetible que es absolutamente suyo. Porque ese jugar no sabe de pautas preestablecidas, no entiende de exigencias del medio, no hay un "hacerlo bien". ¿Todos los juguetes conducen a un juego? El juguete es el medio que se utiliza para jugar: incluye desde una sabanita, hasta una muñeca, una pelota, una hormiga, o una computadora. Todos estos elementos pueden también ser utilizados con fines educativos. Pero si se vuelven una herramienta didáctica, pierden su entidad de juego. Muchos papás, cuando se sientan a jugar con su hijo, confunden el jugar con el enseñar. Es por todo esto que  se dice que el juego es una actividad, además de placentera, necesaria para el desarrollo cognitivo (intelectual) y afectivo (emocional) del niño. El juego espontáneo y libre favorece la creatividad del niño y fomenta su maduración. Los niños tienen pocas ocasiones para jugar libremente. A veces, consideramos que "jugar por jugar" es una perdida de tiempo y que sería más rentable aprovechar todas las ocasiones para aprender algo útil.

1.2 Importancia del juego para el niño.
            Los niños necesitan estar activos para crecer y desarrollar sus capacidades, el juego es importante para el aprendizaje y desarrollo integral de los niños puesto que aprenden a conocer la vida jugando.  Los niños tienen y  necesitan hacer las cosas una y otra vez antes de aprenderlas por lo que los juegos tienen carácter formativo al hacerlos enfrentar una y otra vez, situaciones las cuales podrán dominarlas o adaptarse a ellas. A través del juego los niños buscan, exploran, prueban y descubren el mundo por sí mismos, siendo un instrumento eficaz para la educación. El juego es un ejercicio que realiza el niño para desarrollar diferentes capacidades, de ahí si importancia dentro de esas capacidades podemos mencionar:
  • Físicas: para jugar los niños se mueven, ejercitándose casi sin darse cuenta, con lo cual desarrollan su coordinación psicomotriz y la motricidad gruesa y fina; además de ser saludable para todo su cuerpo, músculos, huesos, pulmones, corazón, etc., por el ejercicio que realizan, además de permitirles dormir bien durante la noche.
  • Desarrollo sensorial y mental: mediante la discriminación de formas, tamaños, colores, texturas, etc.
  • Afectivas: al experimentar emociones como sorpresa, expectación o alegría; y también como solución de conflictos emocionales al satisfacer sus necesidades y deseos que en la vida real no podrán darse ayudándolos a enfrentar situaciones cotidianas.
  • Creatividad e imaginación: el juego las despierta y las desarrolla.
  • Forma hábitos de cooperación, para poder jugar se necesita de un compañero.
  • El juego hace que los bebés y niños pequeños aprendan a conocer su cuerpo, los límites de él y su entorno
            Los niños deben disfrutar de sus juegos y recreaciones y deben ser orientados hacia fines educativos para así conseguir el máximo beneficio.  En un inicio, los niños sólo se desenvuelven por la percepción inmediata de la situación, hacen lo primero que se les viene a la mente, pero este tipo de acción tiene sus límites sobretodo cuando hay problemas; mediante el juego el niño aprende a desenvolverse en el ambiente mental, utilizando el pensamiento para ir más allá del mundo externo concreto, logrando guiar su conducta por el significado de la situación obligándolo y motivándolo a desarrollar estrategias para la solución de sus problemas.

1.3 Importancia del juego en la maduración de la personalidad.
            El juego es una actitud ante los objetos, los otros y ante nosotros mismos que marca la situación de tal forma que decimos que "estamos jugando". Es una actividad natural, un comportamiento en el que el uso de los objetos y las acciones no tiene un objetivo obligatorio para el niño, es decir, supone un "hacer sin obligación" de tal forma que esta capacidad de hacer refleja para el propio niño y para los que les rodean la dimensión humana de la libertad frente al azar y la necesidad. Es un factor de desarrollo que ejercita la libertad de elección y de ejecución de actividades espontáneas y eso proporciona al ser humano la dimensión de ser libre, activo y seguro.
            El juego deja de ser adaptativo y se convierte en un proceso simbólico de comunicación social; a través de él, el niño logra el autodominio y la precisión de movimientos que requiere para sentirse integrado en su medio a la vez que autónomo y libre en sus desplazamientos. El juego psicomotor modela y regula la capacidad perceptiva del niño al verse capaz y libre de actuar en un medio, que reconoce como propio, porque lo explora a través de su movimiento.
            El juego simbólico, según Piaget, ingresa a los niños/as en el mundo de las ideas, en el mundo de la verdadera inteligencia humana. Con esto los niños/as comienzan a aprender reglas que prescriben las actividades y los procesos humanos. La regla es el conjunto de normas internas de una actividad lúdica, que la define y diferencia de cualquier cosa.  Estar jugando presupone atravesar la línea divisoria que separa lo que no es juego de lo que sí es. Juego nace de la realidad que rodea al niño, de la cual toma sus elementos y nunca se aleja de ella más allá que lo preciso para volver a ella de nuevo, recrearla y enriquecerla.
            Los juegos infantiles pueden ser serios, en el sentido de exigir y provocar actitudes rigurosas en los niños/as, sin que por ello dejen de ser juegos. Por eso, no hay que confundir toda actividad infantil con juego; los niños son perfectamente conscientes de cuando están jugando y cuando no, hay que ser respetuosos y partir de que no todo acto puede ser un juego ni todo acto está fuera de juego.  El juego siempre es interesante y significativo para el niño, ya que si se pierde interés la actividad deja de tener significado y el juego muere como tal. El juego tiene motivación y esto lo convierte en una poderosa herramienta de crecimiento y desarrollo personal.

           
            Vigotski define la actividad como un núcleo central para explicar la naturaleza sociocultural de muchos procesos psicológicos y especialmente el entramado de relaciones, sentimientos, percepciones y conocimientos que constituyen los microcontextos en los cuales se produce el aprendizaje y el desarrollo de los niños. El entramado de relaciones interpersonales que rodea toda actividad humana le proporciona su sentido sociocultural. Hay actividades que tienen un solo sentido lúdico y placentero, pero están tan bien incorporadas a los sistemas de vida que les damos pleno sentido cultural y espiritual. Son también de esta categoría las actividades de diversión, de tiempo libre, artísticas o culturales.
Los niños/as perciben la actividad incluida en un contexto de relaciones interpersonales que es lo que le da verdadero sentido social y personal a la acción. Toda actividad en la que un niño está incluido proporciona un campo de intereses que pueden ser explorados a través del juego. Adquiriendo la fuerza necesaria para que el sujeto se implique en ella como cosa propia y subjetiva, y así se convertirá en una actividad significativa. Cada niño "se juega" sus ideas, sus intereses y sus motivaciones.

1.4 El juego y el desarrollo afectivo
            Un factor importante es la afectividad infantil en el juego, este es un factor de equilibrio emocional que proporciona a los niño/as una gama de sensaciones y emociones personales que les resultan benéficas. Las experiencias del juego constituyen una historia de placer y autosuficiencia que permite asociar juego-felicidad y juego-alegría.
            Los niños relacionan el juego con los estados de bienestar emocional y con momentos de comunicación afectiva con sus seres queridos. La participación constante entre niño-adulto en diversas situaciones va creando una línea de conciencia sobre el juego que lo convirtió en un escenario privilegiado para la satisfacción y la autocomplacencia. Muchas emociones son practicadas por los niños en sus experiencias con los adultos y con otros niños.
            El juego es una caja de emociones positivas que el niño aprende desde que comienza en situaciones y experiencias lúdicas con sus cuidadores. Es importante que los centros ofrezcan situaciones diarias donde puedan practicar la alegría y desplegar un estado emocional de plena satisfacción social y personal. También se harán presentes en escenarios lúdicos abundantes conflictos personales, sin embargo la resolución de conflictos interpersonales es una vía importante para la maduración afectiva y el progresivo equilibrio de las emociones. 

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